Suave, calmante, reparador.

Las propiedades regeneradoras de la mejor lavanda de Provenza, apreciada desde la antigüedad, hacen maravillas en este jabón líquido. Limpia con suavidad, calma y suaviza las manos.

El agua de lavanda calma, aclara y repara la piel. El hidrolato de romero limpia la piel. La miel de lavanda, rica en sales minerales y ácidos grasos, ayuda a hidratar la piel. En un gran frasco de cristal para rellenar. La energía calmante de la lavanda y el frescor aromático del romero se suavizan con los sutiles acentos del ylang-ylang y las notas ambarinas.

Aplicación: Tomar una cantidad del tamaño de una avellana y hacer espuma bajo el agua frotándose las manos. Aclarar abundantemente.