De niño, Yves Coueslant, uno de los fundadores de diptyque, pasaba sus vacaciones de verano junto al mar, en la pequeña pagoda que su padre había construido en Do Son, cerca de la pintoresca bahía de Halong. Lejos del calor de la ciudad portuaria de Haiphong, siempre soplaba aquí una brisa fresca que traía los matices del nardo, una fragancia seductora y ligeramente picante que se mezclaba con el perfume de su madre. Do Son es tan delicado y memorable como un recuerdo de infancia en Indochina. Un toque de flores, tan ligero como sensual.

La edición limitada viste a Do Son de azul, un color que evoca la frescura del nardo, mezclada con una fresca brisa marina. El turquesa del mar que se funde con el azul del cielo en el horizonte. Una fragancia llena de secretos que llena la noche. Una invitación a dejar volar la imaginación.