De niño, Yves Coueslant, uno de los fundadores de la casa, pasaba los veranos en Do Son, en la bahía de Halong. La brisa marina traía consigo el perfume seductor y especiado del nardo. Do Son tiene la ternura y la persistencia del recuerdo de una infancia en Indochina. El recuerdo de una flor entre la ligereza y la sensualidad.

Cada eau de toilette sublima sustancias maravillosas de la naturaleza. De carácter ni femenino ni masculino, no pueden encasillarse en ningún género, lo que permite a cada portador hacerlas suyas. Cada una de ellas debe su singularidad a la imaginación de un ingrediente insólito que añade un efecto sorpresa a su composición, haciéndola única. Pulverizar generosamente, en V, de izquierda a derecha.